Aquella tarde Pili estaba mareada. Había miguitas de bizcocho en la encimera. Su jefe se lo advirtió, así que se dirigió a recoger algunas de ellas. Tras el trabajo se fue directo al hormiguero.
Allí había otras hormigas que le condujeron a donde estaba su jefe. Éste le dio la enhorabuena... Era la primera vez que la joven Pili salía del hormiguero por sí misma. Decidieron hacer una fiesta.
Para un evento de tales magnitudes, hicieron traer a la mismísima hormiga reina y su corte de telépatas. Pronto comenzaron los preparativos del iniciación hormiguil.
El hormiguero era más que nunca un hervidero de ir y venir. Todas andaban muy ajetreadas. Pili estaba muy nerviosa. Pocas hormigas veían a la reina siquiera una vez en la vida. Cuando llegó el momento, la reina se saltó el protocolo, se acercó a Pili y le dijo al oído, para que no la captaran los micrófonos de la prensa: Pili, eres la elegida.
Lorente, Payno, Barra y León
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